Plebiscito en la república imperial

Plebiscito en la república imperial

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La “república imperial” -al decir de Raymond Aron- va a las urnas el próximo 8 de noviembre. Para mucho más que una elección presidencial. Lo que está en juego en esta ocasión es una disyuntiva entre modelos, entre proyectos de país. Algo similar a lo que se puso sobre el tapete en los referendos del Brexit y de Colombia. Por eso hablamos de un plebiscito en ciernes.

Podemos desagregar esa disyuntiva en varias contradicciones fundamentales, aunque finalmente todas converjan en una:

Capitalismo financiero vs. capitalismo industrial

De un lado un capitalismo especulativo de amigos, de camarilla (George Soros, Warren Buffet), mucho más mercantilista que libertario. Del otro el capitalista industrial schumpeteriano, el emprendedor independiente enfurecido con los privilegios que sostienen a los “intereses especiales”.

Coalición arco iris vs. clase obrera

De un lado la constelación de minorías articulada por la izquierda gramsciana, la construcción multiculturalista en busca del “nuevo sujeto revolucionario”. Del otro el proletariado fabril y febril, el perenne, preocupado por el desempleo y renuente a las manipulaciones identitarias.

Dirigismo global  vs. soberanismo republicano

De un lado un mundialismo dirigista, variante de la ingeniería social, constructor de burocracias trasnacionales y “mercados comunes” sobrerregulados, que empuña las migraciones masivas como arma demográfica para la deconstrucción de occidente. Del otro una síntesis entre desarrollismo y liberalismo pragmático que no prescinde de fronteras, necesarias para escapar de regímenes estadolátricos; que cree en el comercio libre entre países libres pero prefiere aislar a las economías despóticas (verbigracia: China) tras cordones sanitarios.

Neolengua vs. libre expresión

De un lado la dictadura del idioma encarnada en la “corrección política”, herramienta de la ideología totalitaria de género. Del otro la lengua desatada a sus infinitas posibilidades, incluidas la vociferación y la tosquedad del sarcasmo.

Burbuja informativa vs. ciudadanía comunicacional

De un lado la oscuridad de la caverna platónica, construida por los mass media y las obsoletas encuestadoras convencionales, forjadores de orquestadas histerias y sospechosas unanimidades. Del otro la luz errante, la revolución epistémica de las redes sociales.

Subdemocracias vs. igualdad de libertades

De un lado la permisividad con los neo-autoritarios bolivarianos y el abrazo caribeño con los tiranosaurios. Del otro la idea de que Jefferson y Lincoln también son válidos al sur del Río Grande.

Prescindentes vs. pretorianos

De un lado la inacción letal, el vacío de liderazgo frente al desafío histórico del fascismo islámico. Del otro la alianza táctica de guardianes entre la civilización atlántica y la euroasiática, como un nuevo sistema de Yalta.

Sofistas vs. catárticos

De un lado la opacidad del doble pensar orwelliano, socializante para las masas y oligárquico ante auditorios reservados, monstruo bifronte que mira al Estado Servil de Hillaire Belloc y al capitalcomunismo de tierras extremo-orientales. Del otro la transparencia de la ira, la verdad incómoda, las torpezas imposibles para el engaño elaborado.

Saul Alinsky vs. Roy Cohn

De un lado el perverso maestro con sus Lecciones para radicales, Maquiavelo de la New Left americana, con su credo de la destrucción del tejido tradicional comunitario. Del otro el genio del contraataque dialéctico y la mala propaganda, casi tan maligno pero, al fin, contradictoria criatura de la sociedad abierta y no un vehículo para tentaciones totalitarias.

Hillary Clinton y Donald Trump, discípulos respectivos de los arriba citados, son los polos que imantan esta contienda electrizada.

*Escritor y ensayista. Autor del libro “Ciudadano X”.

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